Estimadas y estimados nervenses,
Seguramente, a estas
alturas ya os habrá llegado la noticia de mi dimisión como concejal en
el Ayuntamiento de Nerva, seguida de todo el catálogo de dimes y diretes
que se ha generado alrededor de este asunto. Precisamente por ello me
pongo en contacto con vosotros, con el propósito de aclarar un poco las
circunstancias en las que se produce mi renuncia.
Lo
primero que me gustaría aclarar es que mi decisión de renunciar no se ha
producido cuando ha sido conocida en el pueblo, sino mucho antes.
Efectivamente, hace más de 8 o 9 meses que ya comenté a los compañeros
del Grupo Municipal y a algunos miembros de la Asamblea Local mi
decisión de renunciar a mi acta de Concejal. Decisión que no quise hacer
efectiva hasta que pasara un tiempo, pues hay que recordar que una
compañera del Grupo Municipal, en aquel momento, estaba a punto ya de
ponerse de baja maternal. En aquellas circunstancias, el Grupo Municipal
se quedaba muy mermado, y de ahí que yo mismo ofreciera a los
compañeros la posibilidad de prolongar mi presencia en el Ayuntamiento
hasta que terminara la baja de Isa, o hasta que estuviera a punto de
terminar, como es el caso.
Por tanto, nada han tenido que
ver los últimos acontecimientos de la política local con mi renuncia,
puesto que la decisión llevaba ya tiempo tomada, y ha sido solo el azar
el que ha hecho coincidir las cosas.
¿A qué se ha debido entonces esta renuncia? Pues viene motivada por cuestiones enteramente de índole personal:
ostentar un cargo público, teniendo además que atender a las
obligaciones del trabajo, te obliga inevitablemente adejar a un lado una
serie de cosas de tu vida personal que en mi caso, sencillamente, ya no
me apetecía tener paradas por más tiempo; añadido a eso, hace un tiempo
que se produjo un cambio en mi vida laboral que ya no me dejaba apenas
tiempo para atender medianamente las obligaciones municipales.
Es
decir, que por mucha especulación que haya generado la cuestión, la
realidad es que nadie, absolutamente nadie, desde ninguna instancia ni
de dentro ni de fuera de mi Organización, ha ejercido ningún tipo de
influencia para provocar mi renuncia, y no hay para ello motivos
políticos, digan lo que digan, sino motivos puramente personales.
Aclaro
que mi renuncia lo ha sido a un acta de concejal, no a la militancia en
Izquierda Unida. Es decir, yo voy a seguir militando en la Asamblea
Local de IU, y ayudando en lo que pueda en su trabajo. Esta es mi casa, y
va a seguir siéndolo, solo que ya no como portavoz municipal, sino como
uno más de sus militantes.
Espero que los compañeros que continuarán el trabajo a partir de ahora tengan la mejor suerte, porque la capacidad les sobra.
Un saludo a todos y todas.
Nerva, 23 de mayo de 2014