12/19/2006

HACER PUEBLO


Nerva, Villa de la libertad. Así la llamaron nuestros antepasados cercanos a finales del siglo XIX, cuando tenían un profundo compromiso por cambiar las despóticas condiciones políticas de entonces y por acabar con las opresivas condiciones sociales y económicas que mantenía a los nervenses en una situación de indigna dependencia y de agobiante pobreza.

Hoy es necesario, quizás, meditar sobre la realidad municipal y analizar nuestro compromiso con este querido pueblo, a dónde vamos a llevarlo y cómo estamos actuando para conseguir una comunidad local que esté en línea con los derechos y deberes constitucionales.

Las grandes coordenadas de la actuación política – administrativa del equipo de gobierno actual(PSOE) pasan por:
Población en continuo descenso que nos va llevar a ser una aldea. Siguiendo este descenso demográfico en 10 años, Nerva, tendrá menos de 3000 habitantes.
Falta de autonomía municipal. En su mayoría el actual equipo de gobierno carece de empleo y, por lo tanto, de ingresos económicos cuando dejen la actividad municipal. Eso conlleva que su actuación municipal se realice al dictado del PSOE provincial para que en las próximas elecciones no los dejen fuera de las listas. Y el PSOE ha marcado Valverde y Aracena como polos de crecimiento (además de la Costa) y necesita que el resto de los pueblos pasen a segundo orden y sin capacidad de incidir en sus planes de desarrollo asimétricos Para ello necesitan alcaldes y concejales que antes de defender los intereses municipales, defiendan los de su organización política. Dentro de una década veremos el hospital comarcal en Aracena.
Masacre del derecho constitucional al trabajo. Los poderes públicos tienen la obligación de implementar la Constitución como carta de derechos y deberes. Al trabajo público en Nerva no se accede por méritos profesionales sino (en su gran mayoría) por servilismo al partido en el poder. Estamos en una versión moderna de los pucherazos y caciquismo de antaño y de la compra del voto utilizando las necesidades familiares. Los parados son rehenes de la falta de escrúpulos del poder.
Utilización de los recursos municipales en beneficio propio. La descomunal subida de impuestos no ha ido a mejorar servicios, pagos de deudas, inversiones productivas sino a engrosar salarios descomunales de los políticos en el poder. Tómense como referencia los sueldos del Alcalde y del Director del Museo.
Dejación y abandono de las responsabilidades municipales. La empresa del vertedero tiene en nómina a familiares de los munícipes. Tener en nómina – en este caso – no significa ir a trabajar. Por este pago BEFESA hace en su instalación industrial lo que quiere y como quiere para su beneficio y en detrimento del pueblo. El Ayuntamiento claudica, hace la vista gorda, no existe control. No decimos que haya soborno pero lo parece.

Sería interminable la enumeración de los incumplimientos que ha situado a Nerva en un pueblo sin identidad y ha modelado la actitud de muchos de sus habitantes en un grupo humano conformista, estático, dependiente, acrítico del poder.


Otro modo de gestión es posible. Otras consideraciones con el pueblo son necesarias. Para ello nos hemos de dignificar todos los habitantes de este pueblo recuperando sus señas de identidad, su idiosincrasia, su historia. Nerva ha sido el foro de libertad en toda la comarca y eso se consiguió no sin esfuerzo: REBELDÍA E INCONFORMISMO, ante la aplicación despótica del poder; SOLIDARIDAD, para decirnos que todos tenemos el mismo problema y nos negamos a ser vencidos por la injusticia mediante la división; HONESTIDAD, para sentir la repulsa de actos depredadores del erario municipal; RESPONSABILIDAD, para sentirnos miembros útiles y participativos en este pueblo. El orgullo de ser nervense no se mide por el lugar de nacimiento sino porque somos capaces de construir un pueblo distinto, acorde con su historia social, aplicando valores éticos y morales, ansias de libertad, exigencias de igualdad, reclamación de derechos, utilización del deber de participación. Solo conseguiremos un PUEBLO si nos fijamos como objetivo el conseguir más estructuras sociales donde la libertad, la justicia, la igualdad, el respeto, la tolerancia sean los sólidos cimientos de nuestra convivencia.

* Artículo publicado en La Garceta, nº 3 (septiembre 2006)